Nicolás de Rusia, coronel del Regimiento ‘Farnesio’

Nicolás de Rusia.
Nicolás de Rusia.

José Luis Sampedro Escolar

Numerario Decano de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía

 

La visita de Felipe VI al Regimiento Farnesio en Valladolid tiene acusados tintes dinásticos para el monarca español, pariente no muy lejano de un coronel honorario del citado Regimiento, el Emperador Nicolás II de Rusia, que era primo hermano del bisabuelo materno de nuestro Rey, ya que Constantino I, Rey de los helenos, y Nicolás II eran nietos de Christian IX de Dinamarca.

En 1908 Alfonso XIII nombró a Nicolás II coronel honorario del Regimiento Farnesio, cuyo uniforme llevó a Rusia una comisión presidida por el Infante Fernando de Baviera y en la que figuraban el General Joaquín Miláns del Bosch y Carrió (ayudante y gentilhombre del Rey) al que el Zar concedió la Gran Cruz de Santa Ana, los capitanes de caballería Pulido y Fernández de Córdoba y una representación del Farnesio con su Coronel, Rafael Huerta Urrutia, el capitán Arturo Cuñado Márquez y el Teniente Cristóbal Pérez del Pulgar y Ramírez de Arellano. 

En la estación fueron recibidos el 18 de mayo por los Grandes Duques Vladimir, Boris, Sergio, Nicolás y Alexis y por el ministro de Exteriores, Iszvoloki; el príncipe Vassily Dolgorouky, ayudante del Emperador, fue asignado al servicio de Don Fernando, y fueron agasajados en el Palacio de Tsárskoye Seló con un banquete al que asistió el Zar. Nicolás II condecoró al Infante con el collar de San Andrés y le entregó las insignias de la Orden de Santa Catalina, que había conferido a Doña Victoria Eugenia, para que se las hiciese llegar a la soberana. El 17 de mayo se celebró, en la iglesia católica del cuerpo de pajes, una misa por el cumpleaños de Alfonso XIII, encabezando a los fieles Don Fernando, el Gran Duque Boris y el embajador español, conde de la Viñaza. A las cuatro y media de la tarde los recibió Nicolás II en el palacio de Alejandro, donde se le entregó, junto con el uniforme y las insignias de Coronel, un álbum de fotografías del Regimiento con las firmas de sus oficiales, correspondiendo él con condecoraciones y regalos, como sables de lujo y petacas de oro esmaltadas en azul con las cifras del emperador en brillantes. A las siete se celebró una cena a la que asistieron los Zares, la Emperatriz Madre, la Reina Olga de Grecia, el Príncipe de Rumanía, varios Grandes Duques y numerosos dignatarios. Los discursos pronunciados por el Zar y por el Infante quedaron reseñados en La Época del 18 de mayo de 1908.

Ya en 1910 se publicó una Orden por la cual las hombreras de los uniformes de diario y gala del Regimiento Farnesio, V de Lanceros, ostentarían la cifra N.II -de Nicolás II- en lugar de A.XIII, como marcaba con carácter general el Reglamento de Uniformidad de 1909. Y, en diciembre de 1912 una comisión de Ulanos de Olviopol, viajó a España para entregar a Alfonso XIII, su coronel honorario, la medalla conmemorativa del centenario del Regimiento y un álbum de fotografías. Además, la comisión traía diversos presentes de Nicolás II para el Regimiento del Zar, el Farnesio, pero tendrían que pasar dos años para que se hiciese entrega de los regalos. El 24 de mayo de 1914 el agregado militar de la embajada rusa, capitán Scouratov, visita el Regimiento Farnesio en su acuartelamiento Conde Ansúrez, en Valladolid, para depositar una copia del álbum de fotografías de los Ulanos de Olviopol, que aún se puede contemplar en la Sala Histórica del Regimiento, y un retrato de Nicolás II vestido con su uniforme español y una de sus escasas representaciones ostentando el collar del Toisón de Oro. Se colocaron macetas en el patio de armas y un dosel en la fachada de la Dirección del cuartel, formado por las banderas de España y de Rusia. La banda del Regimiento de Infantería de Isabel II interpretó la Marcha Real al tiempo que llevaban el estandarte a su lugar. El coronel Huerta descubrió el lienzo, colocado entre los monogramas de Alfonso XIII y Nicolás II a los compases del himno Dios salve al Zar, mientras el regimiento presentaba armas. Tras la ceremonia se celebró un banquete en el vallisoletano Hotel Moderno, donde se pronunciaron los habituales brindis por los soberanos y por ambos países.

Seguramente la charosca es el regalo del Zar más valorado por el Farnesio. Se trata de un recipiente de plata, similar a los que desde el siglo XVI usaban los monarcas rusos como presentes diplomáticos. En el caso concreto que consideramos sigue modelos de finales del siglo XIX representando una escena de caza con halcones, cincelada en plata por la celebérrima casa Fabergé. Con ella se oficia la ceremonia de la charosca, rito de recepción a los nuevos farnesianos, extendida al resto de las unidades de la Caballería española. Una descripción del rito aparece en el libro de 1961 La soledad de Alcuneza, historia de espuela y espada, de Salvador García de Pruneda: Era la charoshka una especie de rito militar del antiguo Ejército ruso, con el que se honraba al jefe y se recibía en el seno del regimiento al nuevo oficial. […] Colocábanse los oficiales en hilera por orden de antigüedad, apoyando cada uno los brazos en los hombros del que tenía delante. El más antiguo, que encabezaba la hilera, sostenía en un plato vuelto del revés un vaso lleno de vino, de aguardiente o de lo que fuera, con tal que fuese fuerte, y avazando la columna, cantando a coro una canción que empezaba diciendo: “Aquí te ofrecemos vino y alegría”, llegaba a la altura del recipiendario, que esperaba firmes, en cuya posición debía beberse el vaso de un trago.

La celebración de la charosca en el Farnesio se perdió tras la Guerra Civil, recuperándola en 1976 el entonces Comandante don Alfonso Queipo de Llano y Acuña, destinado en el Regimiento. La ceremonia que se celebra desde entonces introduce variaciones con relación a lo descrito por García de Pruneda. Al recién llegado al Regimiento se le recibe en círculo y no en hilera, y no bebe el contenido de la charosca en posición de firmes, sino sentado en una silla de montar. La receta de la charosca suma, por tercios, champán, vodka y ron, se le añade zumo de naranja, azúcar y hielo, resultando una variante de la sangría española. La letra de la canción que acompaña este ritual dice:

Soy un caballero noble y español.
Vengo a ofrecerte vino y alegría,
como buen soldado de Caballería.
Toma esta charosca y bebe hasta el final.

 

En la letra se menciona un ingrediente que no se utiliza, el vino.

En 1916 el Regimiento Farnesio rindió los honores póstumos al Embajador barón Fiódor Budberg, fallecido en Madrid donde estaba acreditado como plenipotenciario del Zar de Rusia. Nicolás II y Alfonso XIII no llegaron a encontrarse jamás, pero se demostraron mutua simpatía y el monarca español hizo grandes esfuerzos para intentar salvar a la Familia Imperial rusa de su trágico destino.

1. Nacido en 1854, casó con María Teresa del Pino, que le dio nueve hijos. El 31 de agosto de 1936 fue asesinado por milicianos en Madrid con su yerno José Martínez Valero, comandante de Artillería.

2. La Reina tuvo la cruz, pero, aduciendo que se le había concedido como Reina de España, las autoridades de la II República se negaron a entregar las insignias cuando las reclamó, en 1934. Fueron robadas, junto a numerosos objetos valiosos del Palacio Real de Madrid, con el Frente Popular (Rayón y Sampedro: Las Joyas de las reinas de España. Madrid, Planeta, 2004).

3. Vizconde de Valoria, Coronel de Caballería honorífico, a título póstumo. Nacido en 1931, hijo del X conde de Toreno, fue Jinete Olímpico en Roma y Tokio y cinco veces ganador de la Copa de las Naciones. Casó con Sonsoles Álvarez de Toledo y Urquijo. Falleció en el atentado terrorista del Hotel Corona de Aragón en 1979. Recibió sepultura en Ávila. Medalla de plata al Mérito Deportivo, Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo (2009).

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